Paiporta Mon de Contes se abre con una exposición de Llorens, su trabajo como narrador, fotos preciosas, amigos hablando de vida compartida. En el viaje pensaba en él. Siempre que nos encontramos tuvo una sonrisa, un tiempo para mí. Nuestro oficio es solitario y, a la vez, es una red de voces. En la mía están otras voces que me han enseñado este oficio, el modo de respetarlo. La de Llorens es una de ellas por su generosidad, su alegría. Por eso le dediqué la sesión. Y voló bien: Inevitable, en Paiporta.
En septiembre de 2019 estuve en el Tutú Marambá, un festival andante-allegro que nos llevó a contar por distintos lugares de Misiones. Una noche estaba entre cajas escuchando a Carolina Rueda y a Aldo Méndez, esperando para salir, viendo cómo bailaban las historias esos dos artistas estupendos y me subió la alegría por lo que veía y las ganas de contar bien, vivir bien.
Cada vez que veo a una compañera, un compañero con una propuesta artística. La PAI con sus Artilogios, Tania Muñoz y sus mundos únicos, y pongo sólo dos ejemplos de tantos, aplaudo y agradezco. Cada vez que reconozco una propuesta de Ignasi Potrony en mis modos de trabajo (su libertad con los motivos de los cuentos, su manera de «coser por debajo»), sonrío y agradezco. En el bosque de los cuentos por el que camino y me pierdo, los árboles tienen marcas amigas, por eso amo tanto este oficio.
Gracias a Susu Benitez por organizar el festival y cuidar cada detalle. A Carles y Yolanda por la acogida y el paseo y los regalos y a las narradoras/es con las que compartí programación que es casi como cantar juntos.
https://www.elperiodic.com/paiporta/paiporta-contes-cierra-quinta-edicion_720037