Es verdad que el espacio de la librería se llenó de gente (amiga y no) que quería escuchar cuentos y me siguieron, por este alambre de historias que he ido creando este último año, estupendamente. Javier estaba en primera fila. No le veo hacer malas críticas de nada. ¿Será que no escribe de lo que no le gusta? La mía me dejó con la sonrisa puesta mucho rato.
De Javier López Clemente.
«Ayer Cristina Verbena se subió al alambre en El Pequeño Teatro de los Libros. A mi la Verbena siempre me recuerda la sabiduría que viene de vaya usted a saber, sabiduría ancestral de mujer. La profundidad de su canto, la chispa de sus ojos, la sonrisa fresca y ese va y ven sobre las palabras. Ayer la Verbena nos hizo reir y en algunos momentos shhh silencio, ese silencio que se posa en las mentes, las abre y nos hace pensar. Ayer me volví a enamorar de la Verbena, es que ustedes no saben lo guapa que estaba.»
Y de Magda Labarga, en su blog:http://magdalenalabarga.wordpress.com/
«Este viernes vi a Cristina Verbena haciendo equilibrios en El Pequeño Teatro de los Libros. Una librería con vocación de centro cultural que hace también equilibrios y a la que sus libreros-funámbulos Carolina y Ciro están convirtiendo en un referente para quienes disfrutamos contando y escuchando historias.
“EquiLIBRIstaS” es un espectáculo de narración oral delicado y arriesgado. Cristina se sube a su alambre de palabras y hace piruetas, nos asombra con el más difícil todavía. Un mundo se pone en movimiento, un mundo de extraños funambulistas que caminan asomándose a abismos, a punto de caer (o a punto de alzar el vuelo). Prosa y poesía, muerte, amor y zombies hacen cabriolas y son hilo que se tiende entre la narradora y sus oyentes. Por ese hilo paseamos de la mano de la narradora, que nos hace mirar lugares insólitos. Lugares que sólo se ven desde el alambre, que no podríamos haber visto sin el hilo que ella tiende y por el que nos conduce. La Verbena es la acróbata que camina en las alturas y sin red, sonriendo, bailando, siguiendo el consejo de Jean Genet en El funámbulo: “tú no estás para divertir al público, sino para fascinarlo”. Y nos fascina.»