No logro enhebrar la mañana ni encuentro una aguja más ancha que me lo permita y me de tregua. Y en la biblioteca hay silencio, pero…busco la revista Litoral, el número de poesía árabe y ahí está; un poema de Al-Mutanabbi:
«Si estoy hundido ya,
¿por qué el miedo a mojarme.»
Me voy a a pasear al sol. Cómo alivia cuando alguien te encuentra las palabras.