Voy a las bibliotecas habitualmente para buscar material para mi trabajo como contadora de historias. ANT para Antología de cuentos. CUEN para Cuentos. Libros concretos. Autoras/es a las que vuelvo una y otra vez.
Pero muchas veces voy de paseo. Zascandileo. Sin prisa. Busco por las estanterías sin saber qué quiero leer. Entro en diálogo con los libros y de pronto me acuerdo de una autora que me gusta, y cambio dirección, o de un género que me apetece. Esta mañana, en la biblioteca de Torrero ha sido así. Me gustan las estanterías de: “Otros géneros”, donde se mezcla correspondencias con ensayos, autobiografías…Ahí he estado un rato. Y luego en la parte de novedades y en la de poesía, claro, y en la novela gráfica.
No importa qué me llevo cada vez. Importa el placer de ese leer errabundo. Pasear por un lugar tranquilo donde muchas historias, una selección cuidada, están a mi alcance. Paseo y me paseo por el recuerdo de una lectura, (¡ay, qué pena que ese ya me lo he leído!),emociones, lugares físicos muy concretos que dejan en mí algunas lecturas.
Apoyo las bibliotecas porque son cultura, punto de encuentro, generadoras de sinergias, lugares tranquilos. Las imagino destinatarias de mi trabajo como cuentera por todo esto tan importante y también porque son un placer. Estoy segura, yo así lo vivo.