DOS MOMENTOS DE BIENESTAR CUENTERIL.
1.Esta primavera, en la sesión de la Biblioteca de Montañana conté: «Chiquitina». Un cuento tradicional que me encanta contar por la sorpresa que provoca. Era un grupo cerrado de niños y niñas de cinco y seis años pero vinieron un par de madres con niños más peques. Hicieron un momento de silencio perplejo y luego rompieron a reir. «Otra vez», dijeron a coro. Y lo repetí. Volvieron a reir con la misma intensidad. «Otra vez». Cinco veces conté el final de Chiquitina y reímos. Ahora me llega un mensaje de voz de una amiga que me manda un mensaje de otra amiga que estuvo allí (una de las madres con peques) y pregunta cómo es exáctamente el cuento. Su hijo se lo pide una y otra vez y no está segura de recordarlo bien. Así que en el mensaje de voz relata el cuento enterito, con detalles que yo no cuento pero ella imagina, y pide, por el bienestar cuenteril de la familia, si se lo puedo volver a contar.
2. Voy a la Biblioteca de Villaviciosa de Odón, la primera sesión de esta temporada. Hace una tarde de sol preciosa asi que hay poca gente. Niños y niñas pequeñas y una niña de once años que se sienta contenta en primera fila, participa, ríe, adivina, pregunta. Cuando acaba la sesión nos quedamos hablando: «Dicen que los cuentos son para más pequeños pero a mí me gustan mucho. Me gusta leer. Mi tío dice que voy a leerme toda la biblioteca. ¡Y lo voy a hacer!». «Claro, le digo. Todas las bibliotecas puedes leerte.»