ATENCIÓN, ATENCIÓN
En el marco del festival «Palabras contadas» estreno mañana un taller para público adulto. Para personas que cuentan (profesionales o no). Y si lo pensamos un poco, ¿quién no cuenta?
FEROCIDADES
Te cuento un poquito de qué va, por qué este título:
Ferocidad: Disparate. Dicho o hecho insensato. -Última acepción del diccionario María Moliner-.
Ser feroz, dedicarse a lo que nos hace sentirnos vivas. Contar cuentos porque ese tiempo de la narración, ese tiempo vivo de comunicación con el público y con nosotras mismas, con la historia uniéndonos, nos hace sentir ferozmente vivas.
¿Por qué cuentas?
¿Qué historias necesitas contar, cómo necesitas hablar de esa amiga, ese amigo que amas, de ese libro que cambió tu vida, esa decisión, esa hija…?
Hay algo feroz en mi empeño por mantenerme en este oficio. Una terquedad que me saca de momentos de crisis, que me recuerda cuánto amo este oficio por los momentos-viaje contando, por las personas que me ha hecho conocer, por los encuentros.
Pertenecemos a un lugar efímero, cambiante, pues cada sesión es única, raíces en el aire. Pero conocemos ese lugar, lo añoramos, lo buscamos ferozmente cada ver que empieza un: “Érase una vez”
Vamos a buscar nuestra poética.
Para qué:
Para tener un lugar desde el que contar, al que acudir cuando nos ponemos nerviosas, cuando nos preguntamos: ¿de veras quiero hacer esto?
Para identificar cuál es nuestro punto de partida único, personal. Si sabemos un poco más qué buscamos, quizá nos resulte más fácil encontrar repertorio.
Y ¿cómo vamos a hacer esto?
No lo sé del todo. Con humor, espero. Y, seguro, contando con nuestro cuerpo, lo que sabe.
Ven con ganas de jugar.
Dice Isidro Ferrer: Es un juego, vamos a jugarlo en serio.
Dijo Ramón a Gloria: No te dejes llevar más que por ti misma. Por ti misma.
MAÑANA VEMOS, LUEGO TE CUENTO CÓMO FUE. 