Gira por Andorra y Sierra de Arcos

Estuve en los pueblos de la Comarca de Andorra y Sierra de Arcos.Lo organizaron todo Elena y Silvia desde la Comarca. La sesión habla de bosques: “Una vez, un bosque”.Tenía dos pueblos por día.Y encontré todos los colores del otoño en la carretera. Una luna llena enorme en un alto mientras volvía una noche, cielos enormes. “Aquí se vive bien”, me dijo un señor.
En Alacón una mujer me contó leyendas de la zona: una culebra cantarina que un día se alejó río abajo,
otra culebra que iba a tomar leche del pecho de una mujer “es verdad, me dijeron la casa donde había ocurrido. Y la pobre mujer cada día más flaca”…
mi oficio así se convierte en intercambio. Yo cuento y escucho.
Opinan de lo narrado, lo hacen suyo.
Ya estuve hace dos años en esos mismos pueblos. La gente se acuerda y yo también. Son fáciles de habitar esos espacios. Recuerdo las caras de las mujeres de Alloza que la otra vez me contaron de una vez que se escapó una vaca y se fue por la carretera. Ellas estaban con el cura llevando al santo y la vaca corría hacia ellos: “No os preocupéis, me contaron que decía el cura mientras se escondía bajo las andas del santo, Dios nos protegerá”.
Estercuel. Los chavales tienen partido pero apuran el cuento antes de irse. Gargallo: me esperan en la plaza jugando al futbol, suben sudorosos. En Ariño llenan el teatro (pequeño) y me piden que cante de nuevo. Oliete: los pequeños delante, se ríen con gusto. En Ejulve acondicionamos el espacio entre todos en un momento. La biblioteca es pequeña, nos juntamos para las historias. Un niño pequeño se levanta a saltar cuando le gusta el cuento. Los padres están al quite con las adivinanzas.
En Crivillén, Claudio ya ha preparado todo y me pregunta si quiero micrófono: “¿Por qué? ¿es muy grande el espacio?” y es que tienen un Museo estupendo de arte contemporáneo, porque Pablo Serrano nació allí y ahora sigue el arte con otras formas: un montón de personajes pegandos en vinilo negro a la pared hace que una sala tome aspecto de comic,por ejemplo. Allí acude gente mayor. los cinco niños del pueblo llegan más tarde, se ponen detrás para observar tranquilos. Luego pasan a primera fila.
Viajes que cambian.
Me quedo con ganas de grabar lo que me han contado. De hacer un pequeño archivo de memoria oral a modo de video para que la gente se vea contando. Vea cómo se les ilumina los ojos, les cambia la voz y se les endereza el cuerpo al recordar.